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sábado, 24 de abril de 2010

Inauguran la 36º Feria Internacional del Libro


Las palabras de Mariano Moreno, escritas hace doscientos años, llegaban calmas y claras en la voz de Victor Heredia hasta el auditorio Lugones. "Asustadas las musas con el horror de los combates, huyen a regiones más tranquilas". En la inauguración de la 36 Feria Internacional del Libro no hubo horror, ni combates, ni los temidos escraches, como ocurrió con Macri y los representantes de gremios docentes en la apertura del año pasado, pero tampoco estuvieron las musas y la ceremonia fue medida, tibia.

En La Rural se especuló hasta último momento con la presencia de la presidenta, pero Cristina Fernández de Kirchner este año tampoco participó del acto y los discursos oficiales corrieron a cargo del jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, el secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, y el ministro de Educaciòn de la Nación, Alberto Sileoni.

La inauguración ofical se trasladó este año del auditorio José Hernández a la sala Leopoldo Lugones. A la hora de entrar hubo algunos controles más que otros años, algo que por ahí se asociaba con el escrache que interrumpió el discurso de Macri el año pasado.

Como es habitual, la ronda de discursos la abrió el presidente de la Fundación El Libro, Horacio García. Habló del peso de la Ilustración en el proceso de Independencia argentino e hizo la primera referencia de la noche a Mariano Moreno y su fundación de la Biblioteca pública hace 200 años. "Su empeño fue reimprimir textos políticos, eso que él llamaba el catecismo de los pueblos libres", recordó. Después, hizo un balance de los éxitos y cuentas pendientes de los últimos dos siglos en materia de libros: habló de la necesidad de que el acceso al libro sea total, destacó la existencia de una extensa red de imprentas y librerías de laargentina actual, y celebró un fallo reciente que, después de un proceso de ocho años, condenó "a un editor que hizo libros piratas, defendiendo así tanto los derechos de los autores como el trabajo de los editores". En cuanto a los habituales reclamos del sector, una parte insoslayable en sus discursos de apertura, pidió la aprobación del proyecto de creación del Instituto del Libro, "que nos pondría en pie de igualdad impositiva con otros sectores". También dijo que el sector editorial necesitaba que el proyecto de traducciones de autores argentinos que el Estado ha financiado de cara a la feria de Frankfurt 2010 "continúe más allá". Inmediatamente después, Coscia retomó esos dos ejes. Primero, "celebró la media sanción en Diputados" al proyecto ley para la creación del Instituto del Libro en noviembre de 2009. Y cometió "una infidencia" al adelantar que si lo aprueban la Cancillería y el Ejecutivo, el Programa de traducción Sur continuará después de la Feria de Frankfurt.

Coscia abrió su discurso con un saludo a autoridades, prensa y público. Cuando le retrucaron desde el público que faltaban "escritores y escritoras", reconoció que había muchos pero los había incluido cuando dijo "señores y señoras". "Conmemorar -dijo en la apertura del discurso- quiere decir construir una memoria colectiva, no sólo celebrar y festejar". "Aún hay sueños inconclusos de la Revolución de Mayo y el Bicentenario nos encuentra, como en 1810, en una encrucijada. En realidad somos un país de encrucijadas y en ese sentido la cultura es un buen barómetro para el país", dijo antes de leer una serie de cifras que mostraban la explosión, "en el buen sentido", del sector editorial. Después, prendió una luz amarilla al referirse al proceso de desnacionalización de la industria editorial argentina en las últimas décadas. En el cierre, con ironía, dijo que la presencia de la cultura argentina en el Smithsonian (donde habrá una muestra por el Bicentenario) y la Feria de Frankfurt hablan "del aislamiento de la Argentina en el mundo".

La ronda de discursos políticos (en la inauguración también estuvo el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, el ministro de Cultura porteño Hernán Lombardi, el ex jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman, y el gobernador de Santa Fe, Hermes Biner) se cerró con dos discursos más breves: el ministro deEducación, Sileoni, recordó que la Feria también fue "un espacio de resistencia, donde buscábamos libros prohibidos que traían las editoriales extranjeras". Después, Macri la definió como "una fiesta para los porteños, que recorren los stands y se contagian del entusiasmo que transmiten los libros". El jefe de Gobierno porteño también recordó que los 200 años de la Argentina coinciden con los 200 años de la primera biblioteca pública, "impulsada por Moreno". Y dijo que, como se anunció ayer, con el fin de la concesión de los locales comerciales que funcionaban en la Escuela Mitre las prioridades se ordenan, "porque no hay negocio que pueda estar por encima de la educación de los chicos".

Quien escribe estas líneas señaló, en la edición de Clarín del lunes, que la inauguración de este año no contaría con escritores. Fue un error, ya que Victor Heredia ha publicado tres novelas. En la apertura de ayer, el músico y cantante cerró el acto junto a Teresa Parodi. Heredia con voz suave y tranquila; Parodi, marcando las diferencias entre eses y zetas, leyeron cuatro textos históricos: uno escrito por Mariano Moreno en 1810, y otros tres que Joaquín V. González, Ricardo Rojas y Manuel Ugarte escribieron en 1910.

Así pasó la inauguración, dejando la sensación de que lo bueno se viene ahora, que ahora sí se acercarán las musas.


Publicado por: Diario Clarín/Sociedad

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