Primer Premio:
Roxana Páez
LO ILUMINADO DÉBILMENTE
Mínimas partículas sólidas que se mezclan con gas
y suben al cielo,
de un objeto que llega
a temperatura muy alta
o se quema,
como el humo de una vela, de un volcán
o de la chimenea de un barco:
espeso, opaco, ligero, a veces azulado.
O las volutas del humo acre de un cuerpo,
como símbolo de una infinitud
en humaredas estatales.
El smog en la historia de otra ecología.
Pero el hombre no es hijo de aquel vapor fúnebre
que sale de un agujero.
Nubes que hacen toser, llorar y morir.
Más humo negro que nube.
Por una predilección evanescente,
el humo pasa por el agua perfumada
de un narguile,
como esta palabra.
Ésta que voy a escribir sobre la orilla
de la intimidad
que sahúma
como una rosa
el papel blanco y al pantalla blanca.
Una fogata en la calle acompañó el ruido de los metales.
Una riqueza que aparece y se va
al cabo de la mañana
en el cielo de La Plata.
Ya estamos pisando la tierra perfumada.
La gente marcha por la calle 7
y su desesperanza puede
hacerla avanzar
en la forma indecisa de un incendio
De "Fogatas de ramitas y huesos"
Roxana Páez
Primera Mención de Honor:
Alberto Muñoz
EL LEVANTADOR DE PESAS
Se le hincha el cuello al levantador
El mundo es apenas unos kilogramos
más pesado que su madre
que está en las gradas mirando
"¿Te acuerdas hijo aquel día
en que papá me alzó la mano
porque lo descubrí infraganti
en la cama con la planchadora?
¿Dónde está él ahora? ¡nadie sabe!
Debe estar viejo como una pasa
bebiendo y dejándose pegar por una perra
¡Tiene merecida
la muerte ese hombre!
y no sin sufrimiento
Hace calor aquí y el griterío me descompone
¿Qué ganarás hijito
siendo el campeón de todas
estas cosas?
Un ángel vino anoche
y me dijo entre sueños
que eras el sostén de la familia"
De: "El levantador de pesas and other poems"
Alberto Muñoz
Segunda Mención de Honor:
Eduardo Rezzano
PADRE
Una mariposa en
mi balcón
pone sus huevos
y se va
Pronto mi casa
se llenará de gusanos
a quienes alimentaré y
cambiaré los pañales
Seré un padre ejemplar
y a su debido tiempo
les enseñaré a volar
arrojándome por la
ventana
MAMUT
La imagen del descongelamiento
del mamut
era un pensamiento que
se me había hecho recurrente
pero no obsesivo
Unas veces se me presentaba
como un volver a la vida
-lo veía sacudiéndose la
escarcha del pelaje escrutándolo
todo con sus ojos negros
o pardos-
y otras asistía
al desmoronamiento de sus carnes
a la gelatinización de sus jugos
como si toda su muerte
hubiere permanecido enquistada
a atrapada en una botella
Así y sin darme cuenta
fui adquiriendo maneras
de elefante
mi andar se hizo más pesado
mis razones más huidizas
Opté por el silencio en
la mirada y
un balanceo lento y
armonioso de mi trompa
Permití que se hablara
al oído
y me transformé en el
gran escucha
porque sabía que las palabras
habían perdido su significado
que la tierra volvía a
no ser nadie
DIUMENGES
El gato barcino
movió su cola y saltó
sobre la mesa
La mesa estaba vacía
-sólo un charco de vino
había sido abandonado
a la absorción de la
madera-
y se escuchaban las
desdichas y las promesas
de repetir el convite
las risas que se prolongaban
por la escalera hasta la calle
hasta el nivel cero del
desencuentro
De: Gato barcino
Eduardo Rezzano
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