El 24 de junio de 1935, un artista de personalidad avasallante, carismático y de voz única, moría en Medellín en un accidente conocido por todos. Tras la evocación, surge invariablemente el nombre de Carlos Gardel. Su prematura y trágica desaparición lo convirtió en un mito viviente, que ha traspasado fronteras.
Hugo Gregorutti
Reconocido como el más grande exponente del tango, hoy difundido por el mundo, Carlos Gardel es recordado por la calidad de su voz insuperable y por el fino toque que le imprimió a la música y canción rioplatense. Las vistió de frac. Su legado se convirtió en la máxima expresión de un gusto, con piezas de un contenido colmado de poesía y sentimiento. Hace 75 años, una ráfaga de profunda tristeza recorría el país. Pero la estampa del Zorzal Criollo "...sigue viva en la muerte". Y dejó en el disco para posteriores generaciones el gusto de poder revivir su voz incomparable en: El día que me quieras, Volver, Cuesta abajo, Amargura, Sus ojos se cerraron, Mi Buenos Aires querido, Soledad, Por una cabeza, Tomo y obligo, Golondrinas y un sinnúmero de composiciones inmortales. Lo suyo coincide con el desarrollo del ícono cultural de la Argentina: el tango. Desde ese panorama, Gardel se convirtió en la figura que no es necesario ni adornar ni alabar, sólo escuchar y dejar correr el tiempo, entre poesías y recuredos.
Publicado por: El Diario de Paraná.
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